lunes, 28 de diciembre de 2009

PNUD presenta el Informe sobre Desarrollo Humano para Mercosur 2009-2010 “Innovar para incluir: Jóvenes y desarrollo humano”

La capacidad de acción y cambio de los jóvenes son clave para el desarrollo humano en el Mercosur | Montevideo, 11 de diciembre de 2009

Más de 65 millones de jóvenes (entre 15 y 29 años) viven en los países del Mercosur. A pesar de los escenarios socioeconómicos existentes que los condicionan, tienen proyectos, sueños y gran capacidad para ser protagonistas del cambio y contribuir al desarrollo humano en sus sociedades, según el Informe sobre Desarrollo Humano para Mercosur 2009-2010: Innovar para incluir: Jóvenes y desarrollo humano.

El Informe revela que, aunque su nivel educativo es superior al de generaciones anteriores, hoy los jóvenes del Mercosur afrontan mayores dificultades en la transición entre la salida de la escuela y el ingreso al mercado laboral. En Argentina, Brasil y Uruguay, los desempleados menores de 30 años representan casi 60% del total de desempleados, mientras que en Paraguay ascienden a 70%.

Además, los jóvenes poseen un sentimiento creciente de inseguridad unido a mayor exposición a la violencia. Según las encuestas recogidas en el Informe, la posibilidad de que un joven de América Latina muera víctima de un homicidio es 30 veces mayor que la de un joven de Europa.

El documento, publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) fue presentado hoy en Montevideo con la participación de Rebeca Grynspan, Administradora Adjunta y Directora Regional del PNUD para América Latina y el Caribe; Conrado Ramos, Subdirector de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto del gobierno de Uruguay; Pablo Mandeville, Representante Residente del PNUD en Uruguay; Fernando Calderón, coordinador general del Informe sobre Desarrollo Humano para Mercosur 2009-2010 y Blanca Rodriguez, en representación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

El Informe apuesta al fortalecimiento de la capacidad de acción y transformación de los jóvenes de la región como clave para el desarrollo humano y al impulso de políticas públicas que favorezcan esa participación. Cuenta con el auspicio de la AECID como parte de la iniciativa “Ampliando el espacio de políticas para el Desarrollo Humano en América Latina y el Caribe”, que incluye la publicación del Informe sobre Desarrollo Humano para América Central sobre Seguridad Ciudadana y el Informe Regional sobre Desarrollo Humano sobre Transmisión Intergeneracional de la Desigualdad.

“La amenaza de exclusión implícita en la incorporación laboral se presenta en la expresión de los jóvenes como la más insoportable, sobre todo cuando se contrasta con las mayores expectativas de movilidad social generadas por la inclusión educativa,” dijo Rebeca Grynspan. “La brecha entre la expectativa causada por el acceso a educación y la inserción laboral vulnerable es, según el Informe, el núcleo de las expresiones de malestar juvenil.”

"Los desafíos que enfrenta la juventud en términos de desarrollo humano no son solamente obstáculos para su propio desarrollo,” dijo Pablo Mandeville. “Son verdaderos nudos para el desarrollo de las sociedades globalmente consideradas.”

Trabajo y estudio
Entre los jóvenes de 15 a 29 años, los excluidos (que no estudian ni trabajan) en Mercosur constituyen 22% en Argentina y 18% en Uruguay. En Brasil, la situación es similar en relación a los excluidos (19%) aunque se detecta una mayor incidencia de la ocupación informal entre los jóvenes (29%). En Paraguay, el porcentaje de excluidos también es similar (21%).

En cuanto al sexo, las mujeres presentan un ingreso potencial sustancialmente menor que los varones. Por un lado, la definición de roles dentro de los hogares reduce la probabilidad de que las mujeres jóvenes desarrollen actividades laborales rentadas. En particular, la presencia de niños tiende a limitar su participación laboral (y actúa en sentido inverso, impulsando una mayor inserción laboral en el caso de los varones). En segundo lugar, la condición de mujer suele determinar una remuneración menor.

Para que los jóvenes -con su diversidad social y cultural-, puedan impulsar el desarrollo humano deben ex­pandir sus libertades, capacidades y habilidades relacionadas con los componentes institucio­nales, productivos, distributivos y ecológicos del desarrollo. Las mujeres del Mercosur, en tanto, serán las protagonistas de la acción y el cambio en la región.

“La capacidad de agencia muestra una mayor disposición de las mujeres jóvenes: en promedio, 7 de cada 10 mujeres han participado en al menos una acción política o social,” dijo Fernando Calderón. “Se debe neutralizar, con políticas de protección social, los efectos de la maternidad sobre el desempeño en el mercado de trabajo de los jóvenes. Atender la alta vulnerabilidad de hogares monoparentales, en especial los de jefatura femenina.”

Vale la pena destacar cinco motivos por los cuales los jóvenes se están convirtiendo en protagonistas estratégicos del desarrollo humano del Mercosur:


* Primero, debido a su heterogeneidad social y su di­versidad cultural, juegan un papel cada vez más protagónico en la innovación, el conocimiento y los cambios tecnológicos y comunicacionales que hoy definen los espacios públicos, la socia­bilidad cotidiana y el desarrollo.


* Segundo, porque en las nuevas condiciones del mun­do digital, los usuarios son también producto­res. Ellos se manejan con naturalidad en este entorno de tecno-sociabilidad. Desde allí se comunican, se diferencian y se organizan.


* Tercero, buena parte de la juventud introduce nuevas demandas de reconocimiento, equidad y participación. Genera así, orientaciones y for­mas culturales novedosas de hacer política, basada no ya en grandes épicas o relatos, sino en acciones específicas, lo­cales y de resultados concretos.


* Cuarto, la mayoría de los jóvenes, lejos de propugnar una ruptura de los lazos familiares, busca combinar la experiencia de sus padres con formas innovadoras de concebir la vida co­tidiana.


* Quinto, los jóvenes reconocen la inseguridad y la violencia como problemas, pero no renun­cian al uso de los espacios públicos. Buscan generar estrategias novedosas de protección colectiva.

Por todos estos motivos, hay elementos, tan­to en las prácticas como en la subjetividad de los jóvenes que permiten concluir que pueden constituirse en actores centrales para el desarro­llo humano.

Para llevar a cabo esta investigación, se utilizó una combinación de técnicas cuantitativas y cualitativas de análisis, reforzada por un diálogo con organizaciones y líderes juveniles, periodistas, expertos y autoridades de los países del Mercosur.

Para acceder al Informe sobre Desarrollo Humano y a todo el material de prensa, visite: www.juventudydesarrollohumano.org

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