lunes, 18 de abril de 2011

Políticas que en Argentina se han implementado hace tiempo... un rumbo compartido, ahora el desafío de la calidad...

InfoBAE 18-04-11 – Sociedad; Por Maricel Spini
Costa Rica y su éxito contra la deserción escolar: El programa Avancemos permitió disminuir el abandono en la secundaria y contribuyó a reducir 3 puntos el índice de pobreza. Un libro relata esta iniciativa, acompañada también por un cambio de conciencia fiscal.
Tras décadas de luchar contra el déficit fiscal y hacer frente a la abultada deuda externa, el gobierno costarricense logró estabilizar las finanzas. El salto se dio a base de una importante reforma tributaria que permitió incrementar las reservas y destinar gran parte de esos fondos a programas sociales creados para luchar contra la deserción escolar.
El país -reconocido internacionalmente por su promoción de derechos de tercera generación- es uno de los que mayor índice de alfabetización posee en toda América Latina, llegando a un 94%, según datos oficiales. Sin embargo, el abandono de la formación secundaria es un problema social que comenzó hace años y que recién se ha podido revertir en los últimos cinco.
Roberto Gallardo, actual ministro de Comunicación y ex titular de Planificación Nacional y Económica, explica esta experiencia en el libro América Latina frente a la crisis -una recopilación del Programa para el Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD), a cargo del economista Bernardo Kliksberg y publicado por Random House Mondadori.
La principal causa de abandono escolar es la necesidad de los jóvenes de buscar trabajo para sumar otro sueldo al ingreso del hogar. "La presión familiar los lleva a sumarse al mercado laboral", explica Gallardo.
El proceso de pérdida de matrícula escolar fue especialmente importante durante la década de 1990 y sufrió una profundización tras la crisis económica de 2008. En ese período, las políticas estatales en materia social estuvieron centradas en paliar las necesidades de los núcleos familiares más desprotegidos para poder asegurar que los niños y adolescentes permanecieran dentro de las aulas.
Durante los años mencionados, Costa Rica debió afrontar el pago de la deuda lo que insumió el 30% del gasto público anual. Esa fue la primera barrera para que la meta de destinar el 6% del PBI a la educación hasta 2006 no se lograra. Una reforma tributaria, ordenada por el entonces presidente Oscar Arias, permitió que en los tres años siguientes creciera la recaudación fiscal, hasta llegar al primer superávit en medio siglo.
El aumento de los fondos del Estado se invirtió en el plan Avancemos, un beneficio económico entregado a familias pobres para que puedan hacer frente a los gastos diarios mientras aseguran la continuidad escolar de sus hijos. La modalidad implica una tarjeta de débito con la que se pueden realizar las compras de productos alimenticios, vestimenta y útiles.
"El programa tiene un triple objetivo: reducir la pobreza, favorecer la universalización de la secundaria y enfrentar y prevenir el trabajo infantil", señaló Gallardo. Según el funcionario, en el último quinquenio, el éxito de la ayuda permitió, además, reducir en tres puntos porcentuales el índice de pobreza del país, ubicándolo en 16,5%, una cifra aún elevada. Esto es consecuencia directa de la ampliación del número de costarricenses alcanzados por Avancemos: desde 2007 la población que accede a él creció un 300%.
Datos del Ministerio de Educación demuestran que la deserción en la secundaria disminuyó. En 2007, sólo el 12,9% de los estudiantes dejó los estudios; al año siguiente la cifra bajó 0,8% y en 2009 se ubicó en el 10,9% a pesar de la crisis económica.
El resultado de las becas fue valorado por Laura Chinchilla cuando asumió la Presidencia en marzo del año pasado, quien decidió doblar la apuesta lanzando Avancemos II. En 2010 se incrementaron los fondos destinados al programa en 5.000 millones de colones (9.900.210 dólares) y se logró una cobertura estudiantil del 43,4%, en todo el país (185.214 personas).
El fortalecimiento de esta política social fue respaldado por los ciudadanos que la ubicaron como el segundo mayor logro de la actual gestión. Así se desprende de una encuesta realizada por Unimer y publicada por el diario La Nación que otorga a la mandataria 46% de imagen positiva. Mientras que su mayor mérito fue el manejo del diferendo internacional con Nicaragua por la isla Calero.

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