domingo, 3 de abril de 2011

Desempleo y Juventud, otra mirada para discutir

El desempleo entre los jóvenes azota a todo el mundo
Para LA NACION (DOM 3-ABR-2011), Jeffrey D. Sachs, Profesor de la Universidad de Columbia y asesor de las Naciones Unidas
NUEVA YORK.- Muchos factores están detrás de los levantamientos en Oriente Medio: décadas de régimen corrupto y autoritario, sociedades más alfabetizadas y digitalmente conectadas y precios de los alimentos mundiales por las nubes. Para colmo, en todo Oriente Medio (así como en el Africa subsahariana y en gran parte del sur de Asia), el crecimiento de la población alimenta presiones demográficas.
La población de Egipto, por ejemplo, se duplicó durante el régimen de Hosni Mubarak, de 42 millones en 1980 a 85 en 2010. Sin lugar para extenderse, las densidades poblacionales están aumentando hacia un punto de quiebre. El Cairo se convirtió en una región que se expande descontroladamente, con unos 20 millones de personas que viven codo con codo, con una infraestructura inadecuada.
El rápido crecimiento de la población significa una población joven desbordante. De hecho, la mitad de la población de Egipto tiene menos de 25 años. Egipto, como decenas de países en todo el mundo, enfrenta el desafío extremo de asegurar un empleo productivo y remunerado para sus jóvenes.
El crecimiento del empleo no va a la par del de la población, al menos no en el sentido de empleos decentes con salarios decentes. La tasa de desempleo entre los jóvenes (de 15 a 24 años) en el norte de Africa y en Oriente Medio es del 30% o más. La frustración de los jóvenes desempleados se está volcando a las calles.
El problema del alto desempleo entre los jóvenes no se limita al mundo en desarrollo. En Estados Unidos, la tasa general de desempleo ronda el 9%, pero entre los jóvenes entre 18 y 25 años es de un asombroso 19 por ciento.
Los mercados laborales del mundo hoy están interconectados. Los jóvenes en países tan diversos como Egipto y Estados Unidos, en realidad, compiten con los chinos e indios por empleos. Los trabajadores industriales mal pagos y razonablemente productivos de China así como la infraestructura de alta calidad del país (carreteras, energía, puertos y comunicaciones) establecieron el estándar para la competitividad a nivel mundial. En consecuencia, los trabajadores poco calificados de Egipto, Estados Unidos y otros países deben o bien aumentar su productividad para competir con un salario decente, o bien aceptar una paga extremadamente baja o, directamente, el desempleo.
Empleos y salarios decentes
De manera que crear empleos decentes con salarios decentes es fundamental para ser internacionalmente competitivo. Eso requiere brindarles a los trabajadores una buena educación, una sólida capacitación laboral y una infraestructura de apoyo. Sólo una región de altos ingresos ha hecho un trabajo razonablemente bueno para preparar a su juventud para una dura competencia global: el norte de Europa, incluso Alemania, Dinamarca, Finlandia, Noruega y Suecia. En estos países, la educación pública es excelente, y la transición de la escuela al trabajo suele ir de la mano de programas como las becas por las cuales Alemania es particularmente famosa.
En los países en desarrollo, los principales progresos se detectan en países que enfatizan la excelencia en la educación, la inversión pública en infraestructura y una capacitación laboral seria. Corea del Sur probablemente sea la principal historia de éxito.
Estados Unidos es un ejemplo de fracaso, excepto para los jóvenes de hogares de altos ingresos. Los niños norteamericanos criados en un contexto de prosperidad logran recibir una excelente educación y tener buenas perspectivas laborales después de una licenciatura. Pero como los ricos presionaron exitosamente a favor de recortes impositivos y reducciones en el gasto del gobierno, los niños de los hogares pobres y de clase trabajadora tienen muchas menos posibilidades de recibir una educación de alta calidad.
Los países del norte de Africa y de Oriente Medio deberían esforzarse por evitar los fracasos de Estados Unidos. Si la democracia florece en Egipto, Túnez y otras partes del mundo árabe, los nuevos gobiernos deben hacer de la crisis de desempleo entre los jóvenes su principal prioridad. Los gobernantes autoritarios depuestos -Zine El Abidine Ben Ali, de Túnez, Mubarak y pronto el Muammar Khadafy, de Libia- se quedaron con miles de millones de dólares robados del tesoro público. Debería recuperarse este dinero para colocarlo en un fondo especial para el empleo juvenil.
Con los precios del petróleo por encima de los 100 dólares el barril, los Estados del Golfo están atravesando una bonanza. Ellos también deberían crear un fondo especial para el empleo juvenil en la región a través del Banco de Desarrollo Islámico. No puede haber mejor manera de utilizar los recursos de la región que asegurando que la vida de sus jóvenes se vea enriquecida por la educación, el desarrollo de capacidades y empleos de alta calidad.
Dato: 19% Es el desempleo que registra Estados Unidos entre los jóvenes de entre 18 y 25 años; la tasa general es del 9 por ciento.
© Project Syndicate 1995-2011

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